Un nuevo estudio científico sugiere que crecer con un perro en casa durante la adolescencia podría tener un impacto positivo en la salud mental de los jóvenes. La investigación, publicada en la revista iScience por especialistas de la Universidad de Azabu, en Japón, encontró diferencias notables en el bienestar emocional de adolescentes que convivían con perros frente a quienes no tenían mascotas.
Según los resultados, los jóvenes que vivían con un perro a los 13 años presentaron menores niveles de problemas sociales, conductas agresivas, retraimiento, comportamientos delictivos y dificultades de pensamiento. Los investigadores plantean que estos beneficios no solo se deben a la compañía emocional, sino también a posibles cambios biológicos en la microbiota que se desarrolla en interacción con las mascotas.
El estudio evaluó a 343 adolescentes, de los cuales 96 tenían perros en sus hogares. Además de cuestionarios psicológicos, los científicos analizaron el microbioma oral de los participantes para explorar cómo la convivencia con animales podría influir en la salud mental.
“El cuidado de perros parece ofrecer beneficios particulares durante la adolescencia, y estos efectos podrían estar mediados por la simbiosis con microorganismos”, explicó el autor principal, Takefumi Kikusui.
