Santiago.– Campesinos y representantes comunitarios de distintas localidades de la Cordillera Septentrional expresaron su rechazo frontal a un proyecto de explotación minera que, aseguran, es promovido desde el Ministerio de Energía y Minas, con el respaldo del Ministerio de Medio Ambiente. Los manifestantes calificaron la iniciativa como una amenaza directa a los recursos naturales, la producción agrícola y la vida en la región norte del país.
Durante el encuentro, los comunitarios advirtieron que no están dispuestos a permitir que la Cordillera Septentrional corra la misma suerte que otras zonas afectadas por la minería metálica, aludiendo a experiencias previas que, según dijeron, dejaron daños ambientales irreversibles y escasos beneficios para las comunidades. Afirmaron que la cordillera es una fuente vital de alimentos para todo el Cibao y que su aporte económico, en términos agrícolas y de sostenibilidad, supera ampliamente el valor del oro que pudiera extraerse en una o dos décadas.
Los campesinos sostuvieron que la explotación minera tendría un impacto negativo sobre los suelos, las fuentes de agua y la seguridad alimentaria, al tiempo que denunciaron que los beneficios económicos de estos proyectos suelen concentrarse fuera del país. “El oro se va al extranjero y los campesinos se quedan sin nada”, expresaron, al insistir en que la vocación productiva de la cordillera garantiza ingresos y alimentos de manera permanente, no temporal.
En sus declaraciones, los voceros comunitarios cuestionaron directamente a las autoridades responsables del área minera y ambiental, señalando que las decisiones parecen responder a intereses económicos de corto plazo. En ese sentido, mencionaron al ministro de Energía y Minas, Joel Santos Echavarría, a quien responsabilizaron de impulsar políticas que, a su juicio, ponen en riesgo el equilibrio ecológico y el modo de vida campesino.
Finalmente, los participantes reiteraron su disposición a mantenerse movilizados en defensa de la Cordillera Septentrional y llamaron al pueblo dominicano a informarse y respaldar su causa. “Queremos vivir toda la vida, no solo cuatro años”, enfatizaron, al reclamar que cualquier decisión sobre el territorio priorice la protección de la naturaleza, la agricultura y las comunidades que dependen de ellas.
